Continuamente oigo a todo el mundo decir, no tengo tiempo. La pregunta es, ¿realmente no tienes tiempo o no es una prioridad para ti? En la vida todo requiere tiempo. Todos tenemos el mismo tiempo, 24 horas al día, 365 días al año. Puede parecer que a algunos les rinde mejor el tiempo que a otros, pero nadie tiene horas de 70 minutos. La cuestión en ese caso no es si se tiene tiempo sino cómo se usa.
Existen algunos casos en los que realmente no se tiene tiempo. Por ejemplo, si te piden que corras la maratón en 20 minutos no tienes tiempo de correr los 42 km, como es obvio, salvo que lo hagas en coche y con cierta alegría en el pedal. O si te piden en el colegio que te leas todas las obras de Cervantes en un día, pues tampoco tienes tiempo. Pero esto no es lo habitual, aunque en casos menos extremos que los presentados se puede dar alguna ocasión.
Seamos honestos, lo más habitual es decir aquello de no tengo tiempo para estudiar cuando lo que quieres hacer es otro montón de cosas y no quieres hacer exactamente aquello que se te ha pedido. Vamos, lo que yo llamo que la prioridad es diferente. Es posible que no sea que no lo quieres hacer, sino que hay otras muchas cosas que también tienes que hacerlas y entran en conflicto con ese recurso limitado que es tu tiempo. Pero en este caso, si tienes tiempo, simplemente que lo dedicas a hacer otras cosas. Hay ocasiones que habiendo tiempo efectivo para hacer la tarea, no es posible renunciar a otra cosa que ocupe nuestro tiempo.
Organizarse es la clave
En el estudio como en la vida, al final hay que organizarse. Decidir qué es lo importante y qué es lo urgente. En función de eso ponerse a trabajar en lo que tengas que hacer en ese momento. Si te ayuda, tenemos un artículo que ayuda a conocer el tema de la diferencia entre importancia y urgencia, que lo puedes mirar aquí.
Lo que nos cuesta más es diferenciar entre lo que realmente es “no tengo tiempo” porque no hay forma de hacer aquello que se me ha pedido en el tiempo disponible o hay tareas objetivamente que no se pueden ignorar. Frente al “no tengo tiempo” porque quiero hacer todo ese montón de cosas adicionales y no estoy haciendo aquella que tengo que hacer en este momento. Lo primero es falta de organización por parte del que te ha encargado lo que tienes que hacer, o falta de realismo en la planificación de tus actividades. Esta segunda es más bien una forma de procrastinación que hablaremos un poquito más adelante.
¿Cómo me organizo? La Agenda
Empecemos analizándonos personalmente. ¿Soy realista en la estimación de tiempo que tengo que emplear para hacer una tarea? Esto es muy difícil y solo se consigue con mucha práctica y reflexión continua mirando aquello que hacemos y cómo utilizamos nuestro tiempo. Incluso una pregunta un poco más profunda ¿estimo cuánto tiempo me va a llevar aquello que quiero hacer? Poca gente se hace estas preguntas y aquellos que lo hacen están un poquito más cerca de conseguir sus objetivos. Normalmente los que contestan estas preguntas tienen una agenda para anotar dichos planes.
Otra cosa muy distinta es analizarnos cuando el que decide qué es lo que tenemos que hacer es otra persona. Puede ser un profesor si estamos estudiando o nuestro jefe en el caso del trabajo. Aquí siempre podemos recurrir al “la culpa es del profe” (o “mi jefe me exige demasiado”) y como tal, no hacer nada para arreglarlo. Estoy de acuerdo, es muy difícil poner solución cuando las cosas vienen de fuera, pero siempre existe una solución o merece la pena buscarla. Desde hablar con tus padres y presentarles razones objetivas de tu reclamación (sigue leyendo para ver cómo lo puedes hacer), a buscar formas más eficaces de conseguir el resultado (ojo, ¡que no propongo hacer trampas!)
Procrastinación
Volvamos a aquello de la procrastinación. Si eres honesto, reconocerás que la mayoría de las veces que dices el famoso “no tengo tiempo” es una forma de decir quiero procrastinar. Le echas la culpa a algo externo y ya te he quedado como víctima inocente. Pero en muchas ocasiones nos estamos engañando a nosotros mismos.
Todos estos temas dan para un montón de reflexiones que podrás ver en las distintas entradas de nuestro blog. Si hoy has llegado aquí, tal vez te interese saber que, si eres estudiante, tenemos una maravillosa herramienta que te puede ayudar un poquito en mejorar la gestión de tu tiempo. En Task & Time hemos creado Studeam.
STUDEAM
Studeam es una agenda virtual, que preferimos denominar planificador del estudio. Tiene dos funcionalidades que te ayudan en dos de las cuestiones que hemos estado hablando hasta ahora.
Primero te pregunta, ¿cuándo quieres hacer las tareas? Es decir, te pide que hagas una pequeña planificación para organizarte y definir el tiempo que quieres dedicar a estudiar de forma habitual.
Segundo, te pide que para cada tarea estimes cuánto tiempo te llevará hacerlo. Con estos dos datos, hace una maravilla, te pone una planificación perfecta para hacer aquello que tienes que hacer en cada momento en el tiempo que tú hayas decidido previamente.
Además, como el sistema asume que aprovechas el tiempo al máximo, incluso podrás decir de forma objetiva “no tengo tiempo” por que literalmente no hay tiempo para hacer todo lo que quieres hacer en el tiempo que tienes previsto al avisarte de lo que llamamos “desbordamientos”. Ya es tu decisión de si decides dedicar más tiempo del que has considerado razonable para estudiar, renunciando a otras actividades muy necesarias como hacer deporte, dormir o disfrutar de una cena en familia que deberías de haber considerado a la hora de definir tu horario habitual.
El funcionamiento de STUDEAM es muy simple y este video te explica todo lo necesario.
Para ese problema de los profesores que ponen más de lo que tú puedes hacer, tendremos otras herramientas, pero de eso ya hablaremos otro día.